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Author: . A. Arenivar" href="http://www.articlesbase.com/authors/gerson-e.-a.-arenivar/341054.htm">Gerson E. A. Arenivar
Hubo una vez cuando un banquero necesit contratar los servicios de un hombre para que abriera la puerta de su Banco. Puso el anuncio en el peridico y rpidamente recibi varias respuestas. Llam a cada uno de los aspirantes y los entrevist l mismo, pero se fij en un muchacho muy prometedor que podra hacer una brillante carrera en su empresa. Lo contrat y le dijo que empezara al instante. El muchacho se emocion y pregunt cunto sera el salario que recibira. El banquero dijo sin inmutarse: $ 165.00. El joven bajo un poco la cabeza pero de todos modos acept el empleo. Mientras trabajaba, los dems empleados notaron que l slo utilizaba una mano para abrir la puerta del Banco y no sonrea. Pasado un mes el dueo del banco lleg y vio que efectivamente, el muchacho utilizaba slo una mano y no sonrea o lo haca a penas. Intrigado se acerco a l y le pregunt: Joven, por qu slo utiliza una mano para abrir la puerta y no sonre?. El Jovenzuelo, sin inmutarse le dijo: Para lo que usted me paga, creo que es suficiente que use una sola mano. Creo que sobra decir lo que sucedi despus. Esta historia la escuche hace varios aos mientras asista a una charla, en donde, despus de contarnos esta ilustracin, nos dijeron algo as: los verdaderos triunfadores usan las dos manos, aunque el sueldo no sea el que esperaban. Muchas veces nosotros creemos que merecemos ms de lo que nos dan, y creo que tenemos razn, pero slo cuando nosotros estamos dispuestos a dar ms de lo que se nos pide. Se puede decir que es una ley: Si damos ms recibimos ms, aunque a veces recibir resulte algo tardado en el tiempo. Piense, por ejemplo, en su vida cuando era estudiante (tal vez algunos an estemos experimentando esa etapa), cuando en muchas ocasiones le toc asumir la responsabilidad de alguna tarea porque sus equipo simplemente no se dedico a trabajar, o cuando not que sus compaeros se iran por el camino fcil y usted decidi que tomar un atajo slo lo conducira a sentirse decepcionado de s mismo. En cada ocasin usted tuvo que dar ms de s, con el propsito de alcanzar sus objetivos. Ahora piense en su empleo y en las veces que le han insinuado dejar una transaccin o papeleo para ms tarde, pero en vez de ceder, usted ha decidido que su honor es ms importante y sigue con su trabajo aunque otros comienzan a usar algunos ttulos peyorativos para referirse a su persona. Dar ms de S siempre da resultados. Hace casi dos mil aos el gran maestro Jess dijo: si alguien te obliga a llevar una carga una milla, ve con l dos. Limitarse a hacer lo mnimo es ser uno entre el montn, pero hacer las cosas en forma extraordinaria es convertirnos en personas indispensables. De all que debemos reconocer que el xito no llega al que espera ociosamente que la oportunidad lo llame. En cambio, es para los que fielmente realizan hoy las tareas que son necesarias (segn nos lo dice Sergio V. Collins). Es verdad que hay ocasiones en las que nos sentimos tentados a dejar tareas pendientes, pero en ese momento tenemos la opcin de decidir dar ms de nosotros mismos. Rafael Escandn escribe en su libro Reflexiones para hoy y maana: En nuestra sociedad, hay personas que se limitan a hacer lo mnimo: trabajadores que slo ponen horas para pasar el tiempo; estudiantes que estudian apenas lo que les toca estudiar; profesionales que rinden sus servicios slo durante las horas de oficina; padres que descuidan a sus hijos, e hijos que no respetan a sus padres; personas que viven al da sin hacer provisiones para el da de maana. Pero, cules son los resultados de dar ms de lo que nos piden? Como dije antes, aunque resulte un poco tardado en el tiempo, la persona que es laboriosa y siempre activa tiene asegurado delante de s un futuro de verdadero xito y realizaciones, pues cada da vive con el nico estndar que ve posible seguir: la excelencia. Hace muchos aos un jovencito entr a la oficina central de la Western Union (compaa de telgrafos) y rog a la recepcionista que le permitiera ver al superintendente, el seor Miliken. La secretaria fue a la oficina del Sr. Miliken y le dijo: - Un muchacho bastante rstico desea verlo. Es de Port Huron y se llama Toms Edison. - Hgalo entrar ahora mismo, seorita fue la repuesta, recordando la carta de solicitud de empleo que el jovencito le haba escrito tan magnficamente algunos das antes. Cuando Toms entr, el Sr. Miliken no pudo evitar echarle una mirada de pies a cabeza, pues iba despeinado, con pantalones remendados y los zapatos bastante gastados. Cmo era posible que un joven tan descuidado escribiera tan bien?, se pregunt el superintendente. Y cuando Toms se sent para rendir el examen de velocidad como operario telegrfico, los dems operarios se detuvieron para rerse del aspecto del pobre muchacho, pues lo que esperaban era que hiciera el papel de un mero principiante. Pero las risas burlonas comenzaron a silenciarse cuando vieron que los mensajes salan a una velocidad cada vez mayor de las manos de Edison. El secreto: tena el hbito de concentrarse en lo que haca, y en su pueblo natal practicaba 18 horas diarias, lo que lo convirti en un verdadero experto[1]. Como todos sabemos, la brillante carrera de Toms Edison no termino en la oficina de telgrafos, pero su entusiasmo frente al trabajo y su hbito de dar ms de s mismo, lo siguieron siempre, por ello, l se convirti en uno de los ms grandes inventores de todos los tiempos, beneficindonos aun a nosotros. Me parece que la leccin es clara: El verdadero xito est asegurado para aquel que est dispuesto a trabajar con entusiasmo, a dar ms de s mismo y a procurarse las oportunidades que lo conducirn a alcanzar sus ms preciados objetivos. As que slo me resta una pregunta por hacer: La prxima vez que nos toque realizar una tarea, por pequea que nos parezca, vamos a utilizar slo una mano o vamos a usar las dos? [1] Historia tomada del libro: Sabidura para Hoy, Sergio V. Collins. Pg. 93.About the Author: